Recuerdo perfectamente la frustración. Hacía poco que habíamos instalado una flamante placa de inducción en casa, prometiendo rapidez, eficiencia y un control de la temperatura sin precedentes. Sin embargo, nuestro …
Recuerdo perfectamente la frustración en mi primera cocina. Un popurrí de sartenes heredadas, ollas que habían visto mejores días y un revestimiento antiadherente que se había rendido hacía años. Cada …
Recuerdo perfectamente la frustración. Un sábado por la mañana, con la intención de preparar unas tortillas perfectas, y el desastre: la mitad se quedó pegada a la sartén. Esa vieja …
Recuerdo perfectamente la frustración. Abrir el armario de las ollas y sartenes era como jugar una partida de Jenga a vida o muerte. Mangos enredados, tapas que no encajaban en …
Recuerdo perfectamente la frustración. Mi cocina era un mosaico de cacerolas y ollas desparejadas, cada una con su propio historial de batallas: una con el fondo abombado que bailaba sobre …
En nuestra cocina de pruebas, hemos visto pasar innumerables juegos de ollas y sartenes. La historia es casi siempre la misma: comienzas con un conjunto heterogéneo de piezas heredadas o …
Recuerdo perfectamente esa cena de aniversario que casi se arruina. Había planeado un risotto de champiñones cremoso, un plato que requiere paciencia y, sobre todo, una buena cacerola. A mitad …
Recuerdo perfectamente el día que instalamos nuestra nueva placa de inducción. La emoción por su velocidad, eficiencia y limpieza era palpable. Sin embargo, esa alegría se tornó en frustración cuando …
Recuerdo perfectamente la frustración. Estaba a mitad de preparar un risotto que requería cocción lenta y calor constante. Mi vieja cacerola, una herencia de batallas culinarias pasadas, decidió crear un …
Recuerdo perfectamente la frustración. Abrir el armario de las ollas era como jugar a un tetris peligroso donde cada pieza amenazaba con caer en cascada sobre mis pies. Mangos enredados, …